Texto y Fotos: Guido Barandiarán
El viernes 27 de Mayo de 2016 será recordado como el día en que Uniclub fue solamente instrumental. Tres bandas con enfoques distintos de como hacer música se juntaron en el coloso del Abasto de Buenos Aires para mostrar todas sus virtudes.
Por primera vez, Persona llegaba a Uniclub en una fecha propia y los encargados de iniciar la velada eran los Rey Onírico y Malviaje.
Ambos tríos son cercanos al denominado mathrock, pero Rey Onírico tiene un sonido más sucio, por momentos cercanos al punk con riffs contundentes y mucha distorsión.
Bien puntual, Rey Onírico arremetió con canciones de su EP “Inducción Al Terrorismo” y temas como “El porno gratuito nunca me preparó para un amor como el nuestro” o “No me verás con mi pijama de ositos escuchando metal escandinavo otra vez” son fieles muestras de lo que este trío puede hacer. Una de esas bandas que en vivo realmente son explosivas.
Malviaje, en cambio, tiene un enfoque mucho más cercano a lo progresivo. Las canciones de su último disco,“8bit” (2015) le pusieron un color diferente a la noche. Otro tipo de groove, con ciertos guiños al estilo de los japoneses de Toe pero argento: más distorsionado, rápido y hasta por varios momentos, pesado. El buen viaje de Malviaje tuvo sorpresa incluida, ya que en el final, el trío invitó a Leo Ghernetti, una de las hachas de Defórmica -excelso grupo progresivo, también instrumental- para hacer, justamente, un tema de su banda llamado “Tam Tam”.
Después de todo esto, solo se podía aplaudir.
Las palmas rojas ante dos bandas con presentes excelentes que, de tener la chance, es necesario ver en vivo. Como quien no quiere la cosa, ya era hora de que Persona derrita el escenario.
Y el cuarteto de Ingeniero Maschwitz salió a matar.
“Puercoespín”, “El Eternauta” y “Los Perros” fueron las primeras en dibujar imágenes en los presentes. Porque Persona es el tipo de banda que te forma una película en la cabeza con cada una de sus canciones. Pueden ser rápidos. Pueden ser climáticos y al otro segundo, un macizo golpe de batería puede detonar lo que estabas imaginando. Buen ejemplo de esta dinámica puede ser “Cazador”, una de las perlas más festejadas.
Lo que sorprendió de este show en particular fue que inmediatamente se pasó a un bloque de 6 temas nuevos pertenecientes a un EP que grabaron junto al Pájaro Rainoldi (Tirapiedras) a salir en algún momento, tal como dijo Gustavo Hernandez, uno de sus guitarristas, al anunciarlo.
“El Dique”, canción que había podido escuchar en alguna oportunidad, más dos estrenos otros dos aún sin título, uno de ellos con Gustavo al bajo, dibujaron nuevos paisajes. A ellos se sumaron, “El Temporal”, “Los Gordos” y “La Suerte del Irlandés” que también fueron oídos por este cronista en alguna oportunidad. Me gustaría poder ahondar más en estas nuevas perlas, pero la memoria es vaga en este punto.
En un gesto muy floydiano, Santiago Adano y Lucas Podestá van del bajo a la guitarra con facilidad y tranquilidad, sin que el tiempo los corra y hace que la banda, completada por el relojito suizo en batería de Esteban Podestá, amplie su paleta. Porque dependiendo de que quien tenga que, el grupo puede sonar más pesado o más volador.
Persona en vivo también es muy cálido, no solo desde el aspecto técnico del audio o de la puesta de luces, sino también desde el trato y el agradecimiento constante para con su público e invitados. Como con Pepo Limeres (Pasajero Luminoso), presentado como un amigo, que subió varias veces en la noche para meter unas teclas violentas y agregar colores a la amplia paleta que tienen estos cuatro. O los violines amigos que se sumaron a “Pájaro Mixto”, en una de las versiones más lindas que escuché hasta ahora.
Cerrando la noche, el minuto con 32 segundos de “Cortina” fue suficiente. No había más tiempo ni canciones.
Persona detonó Uniclub con canciones introspectivas y cargadas de imágenes que solo aquellos que prestaron atención, pudieron divisar.
