Por: Paula Navarro Silva
Desde Quilpue Nagasaki viene descargando todo el umbral del Doom, sludge y hardcore, con una duración de 41 minutos y 28 segundos, esta banda nos trae Invierno, grabado en Estudio Arboleda, la Calera, este trío conformado por Sandro Carvajal en la Batería, Bryan Mura en el Bajo y Felipe Vásquez en la Guitarra.
Con estruendos de post rock e influencias del crust, nos preparamos en un día nublado para escuchar lo nuevo que nos trae esta banda.

Si bien en el disco anterior nos pudimos deleitar con distorsiones de metal pesado más lanzado al grindcore y su mezcla de voces usando growls y vociferando shrieks, es un Lp bien vertiginoso con varios tonos afinados por fuera de lo habitual; está vez Nagasaki nos invita a escuchar su lado más instrumental más doom pero sin dejar de lado el toque inicial.
Póngase cómodo y empecemos en el minuto 00:00 “Harakiri” da comienzo a este Lp, con progresiones que estallan en gritos acompañados de una fuerte batería que libera todo su potencial en una línea musical de un alto post rock.
Le damos paso a “Médula”, un slugde bastante marcado y riffs gruesos, escalas de poder marcado por la batería que nos hace entrar en calentamiento para lo que se viene a continuación, “Cristales” un tema que empieza con alto brillo y un compás que brinda un despertar en una mañana, con punteos marcados y con cabeceos entre medio se viene un redoble del bombo que hará explotar tus ganas de gritar.
Si este tema te gustó, espera a que escuches “Tormentas” como un torbellino dejando un caos tremendo, esta melodía que acompaña el punk en una especie de crossover esta banda nos muestra un cumulo de notas del más rock pesado. “Horizonte” con calidez y armonía nos prepara para lanzarnos al vacío con un hardcore punk que desfila junto a la distorsión de efectos sonoros que salen como una especie de aurora boreal, realmente alucinante de aquí nos pegamos el salto a “Biótica” el sexto tema de este álbum, regresamos nuevamente al tono del Doom mostrando lo más oscuro y denso de este disco, con notas pesadas y arrastradas que se van adentrando en tus venas como un líquido de metal.

“Raíces” entra fuertemente con un punk rock bien pesado y rápido, con full riffs y distorsiones que se expanden en esta canción explotando en sonidos estruendosos y de mucho golpe, la liberación de energía de este tema nos da el último respiro para culminar con “Témpanos” este tema se asemeja a un paseo tranquilo por la playa, con melodías de slowcore, que te deja con un suave gusto final, así cerramos este ciclo de Nagasaki con un disco intrumentalista, bañado en gritos de desahogos y notas alteradas, una mezcla de sonidos imponentes de alto poder que traen estos chicos con este tremendo segundo álbum.