Buscando y escuchando nuevos discos y propuestas musicales, me encontré con El Triangulo, banda proveniente de Buenos Aires; su sonido fluye por una diversa amalgama de influencias. Ellos ya cuentan con tres discos bajo la manga y ahora reseñaremos el último de ellos.

Publicado a mediados del 2020 El Triangulo nos presentó La Fuga del Color, una obra de 10 piezas en donde un popurrí de sonidos desenfrenados, acelerados y, sobre todo, bien compuestos, nos hará explotar la cabeza. Dentro de este disco podemos encontrar sonidos de todo tipo, relajantes, progresivos, psicodélicos y pesados, se nota bastante la amplia gama de géneros que los influencia y les da un toque único. La virtuosidad del grupo no tiene discusión y lo reflejan en cada segundo del álbum, temas como La Fuga del Color o Un Boceto son ejemplos de la maestría instrumental que logran ejecutar y transmitir estos muchachos.

También podemos escuchar su lado mas progresivo con Vacío, una oda al prog rock de inicios de los 70’s, este tema me hizo recordar a bandas como Manal o Color Humano, en donde las melodías melifluas de la voz juegan un rol bastante importante, Las Sobras también van por el mismo camino, pero en una dirección más pesada y hardrockera, sus riffs poderosos, variantes y sintetizados generan un sonido hermoso.

Para culminar encontramos a Río Muerto, tal vez la canción más ambiciosa del disco, debido a su duración de 14 minutos y las variantes que ella contiene, en donde un hard prog sirve como apertura y le prosigue un blues pesado, para luego, pasando la mitad, encontrarnos con una soberbia pieza de jam jazz rock, donde las melodías, los acordes, las tonalidades del bajo y la percusión nos hacen viajar a un lugar desconocido, pictórico, epicúreo, para luego volver al hard prog esplendido que tocan ellos.

Escuchar a El Triangulo ha sido una grata satisfacción, les recomiendo sus 2 discos anteriores a este, en donde hallaremos otras grandes canciones y viajaremos por mundos esbeltos.